Las potencias occidentales preparaban el domingo una fuerte respuesta a la invasión militar rusa de Crimea, en Ucrania, y advirtieron que Moscú puede enfrentar penalidades económicas, aislamiento diplomático y un fortalecimiento de las defensas aliadas en Europa a menos que Moscú se retire.
La crisis pudiera cambiar significativamente las prioridades de seguridad nacional del presidente Barack Obama, obligándolo a pasar por alto los cambios en la política estadounidense en Asia y mantener el nivel de presencia militar en Europa para limitar el alcance de Rusia.
La mala voluntad y falta de confianza también pudiera afectar otros dos frentes, Siria e Irán, donde Rusia ha sido un aliado necesario para Occidente.
El presidente ruso Vladimir Putin no ha dado señales de ceder a las advertencias de Occidentes y cientos de hombres armados rodearon una base militar ucraniana en Crimea, una región prorrusa.
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